Corruptos

Recorriendo las calles de la comuna de Recoleta, una señora me pide asesoría legal por una deuda que mantiene con el municipio. Varios atrasos en el pago por el servicio de recolección de basura le han generado una deuda cercana a los 200 mil pesos.

«Fui a hablar a la muni y me dicen que es legalmente imposible condonar la deuda». La señora vive de su pensión. El marido está postrado por una enfermedad. Ella tiene Ficha de Protección Social y accede a una serie de beneficios sociales.

«¿Y cómo el diputado ese que debe 280 millones de pesos al municipio tampoco paga? Y más encima lo eligen vicepresidente de los diputados. Son todos unos ladrones». No me queda más que encoger hombros. Y decirle, con algo de resignación, que me gustaría ser diputado para ayudar a cambiar desde adentro ese tipo de prácticas. No sé si desconfía… o me compadece.

Ese es el costo de promover corruptos en política.

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