“Chile tiene un problema serio de falta de transparencia en el financiamiento de la política”

En Chile quienes tienen más recursos pagan menos impuestos. Regalía que favorece especialmente a los “súper ricos” pertenecientes al 0,01% con mayores ingresos, que cancelan una tasa promedio de impuesto a la renta de apenas 10,8%, versus el 13,1% que paga el 1% más rico.

Según el economista Eduardo Engel “la situación es peor aún”. Esto porque, según explica, “dentro del uno por ciento también hay diferencias importantes en impuesto a la renta para contribuyentes que ganan lo mismo. Los trabajadores dependientes pagan muchos más impuestos que quienes obtienen su ingreso a través de sociedades. Por ejemplo, en mi reciente columna en La Tercera, escrita en conjunto con Michel Jorratt, doy el ejemplo de un trabajador dependiente con un ingreso mensual de $ 5.500.000. Con ese ingreso entra justito al uno por ciento con mayores ingresos. Este trabajador paga un impuesto a la renta del 20 por ciento, el doble del impuesto a la renta del 0,01% más rico”.

No es todo. El 1% más rico en Chile, además, encabeza la lista a nivel mundial en la participación del ingreso total del país.

Según concluyen los trabajos de Thomas Piketty y Emmanuel Saez, de las universidades de París y Berkeley, que han analizado la evolución del ingreso del 1% más rico en 27 países –que no incluyen a Chile–, entre los que se encuentran Alemania, Estados Unidos, Dinamarca, Japón y Argentina, la participación del ingreso total del 1% varía mucho de un país a otro.

Por ejemplo, en 2003 en Suecia y Dinamarca, este porcentaje fue de alrededor del 5%; entre un 8 y 10% en Australia, Francia, España, Japón y Noruega. En Estados Unidos, hasta un 15%. En América Latina, los dos países que figuran en la base de datos Piketty-Saez son Argentina, con 17%, y Colombia, con casi 20%. Ninguno supera a Chile.

Esta participación se ha mantenido en el tiempo en forma relativamente constante en países como Alemania, Francia, Japón y Suecia. No así en Estados Unidos, donde pasó de 8,2% en 1980, a 19,3% en 2012. La explicación principal, según los autores, radica en la evolución de las tasas de impuesto a la renta, ya que, tal como asegura Engel en su columna, en los países donde hubo reducciones importantes en la tasa pagada por el uno por ciento más rico, su participación creció considerablemente. En cambio, donde estas no variaron mayormente, su participación se mantuvo constante.

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