La última encuesta CEP muestra que sólo el 12% de los chilenos confía mucho o bastante en el Congreso. Esta cifra en aumento obliga a preguntarnos por la fortaleza de nuestras instituciones fundamentales. Hoy, las instituciones son menos opacas gracias a una sociedad más exigente. Los contribuyentes están más pendientes del gasto de sus impuestos y de la labor de las entidades públicas y privadas. La transparencia y el acceso a la información deben cumplir la función de rendir cuentas y facilitar el control social y la participación ciudadana.
En el marco de la Red de Transparencia Legislativa, Chile Transparente lanzó junto a Ciudadano Inteligente, el Indice Latinoamericano de Transparencia Legislativa 2014. Nuestro país se posicionó en el segundo lugar, con un 53% de cumplimiento, lo que no es motivo para celebrar, considerando que se encuentra lejos de lo que se espera del Congreso. Afortunadamente, ambas cámaras recogieron el guante avanzando primero en la conceptualización y ahora en la concreción de un Parlamento abierto. Esta iniciativa se desarrolla con el apoyo de varios legisladores en forma transversal y su objetivo es adoptar en la práctica diaria principios de transparencia, participación y colaboración.
Esta semana se efectuará en Valparaíso la reunión del grupo de trabajo global de transparencia legislativa que forma parte de la Alianza para el Gobierno Abierto, de la cual Chile ha sido uno de sus principales promotores. Estaremos atentos a las conclusiones y aportes que surjan, y esperamos que se transformen en medidas concretas que ayuden a vencer la crisis de confianza.