“No basta documentar los dineros, hay que investigar su origen”.

 

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Transparencia Internacional, desde hace muchos años, ha estado investigando las acusaciones de corrupción en torno a la FIFA. El director ejecutivo del organismo en nuestro país, Chile TransparenteAlberto Precht, señala que puntualmente, en relación a la reciente elección a la presidencia de la FIFA, que ganó por quinta vez consecutiva el suizo Joseph Blatter, hace unos meses se les envió a todos los candidatos un cuestionario “para conocer cuál iba a ser su posición sobre estos escándalos que ya son públicos hace muchos años, fundamentalmente lo que tiene que ver con la designación de las sedes para las Copas del Mundo de Rusia 2018 y Qatar 2022, y sobre el proceso de reforma de la FIFA. Lo curioso es que ninguno nos respondió detalladamente, salvo el holandés Michael van Praag que luego retiró su candidatura”.

– En este sentido, ¿a Transparencia Internacional le constataba que dichas sedes se habían adjudicado de manera fraudulenta?

– Así es, de hecho se le solicitó a la FIFA que hiciera una investigación interna, pero nunca publicó un informe completo al respecto. Y esto último fue denunciado públicamente por nuestra institución, ya que consideramos que la FIFA tiene nula disposición de hacerse cargo de sus problemas.

En el caso de la elección de las sedes para los Mundiales, nosotros estimamos que hubo presiones de las federaciones para poder quedarse finalmente con la organización. Y también, como estamos viendo actualmente, las distintas empresas para poder adjudicarse los derechos televisivos o de comercialización,  realizan pagos de coimas a las federaciones para finalmente llevarse dichos contratos. Es el mismo modus operandi para ambos casos.

– Desde el punto de vista de transparencia, ¿en qué nivel está la FIFA?

– No cumple ningún standard. Cómo es posible que existan dirigentes que se mueran en sus cargos, que las confederaciones voten como reales “carteles” sin ninguna deliberación, no existen directores externos como sí sucede en las empresas incluso a nivel local. Sólo la información de los ingresos es medianamente completa –así supimos que en 2014 generó 7,5 billones de dólares-, pero con respecto a los gastos, hay un vacío absoluto. La FIFA es una institución que funciona al margen del derecho internacional. Y esta semana, por primera vez vemos cómo una jurisdicción, en este caso la justicia norteamericana, se atreve a investigar uno de estos escándalos con profundidad.

– Y en este caso de corrupción, ¿cómo prevé la situación de la Federación de Fútbol de Chile?

– La federación chilena documentó los pagos (3 millones de dólares como adelanto para la Copa América), pero eso sólo significa que esas platas ingresaron al territorio nacional, no quiere decir que esos montos no puedan venir de un origen espurio. Lo que hay que investigar es determinar cuál es su verdadero origen de esas platas. Le pongo un ejemplo: Yo podría decir que me llegó un pago por un millón de dólares, pero esa plata podría venir del narcotráfico, o del tráfico de armas o del pago de una coima. Por más que la Federación de Fútbol de Chile acredite que esos dineros se repartieron entre los clubes y fue de una manera correcta, es el origen de esos montos lo que está en entredicho. Eso es lo que las autoridades norteamericanas están investigando, y en el caso chileno, lo podría hacer la Unidad de Análisis Financiero del Ministerio de Hacienda.

– ¿Cómo debiera operar esta instancia en este caso?

– La Unidad de Análisis Financiero opera de dos formas. Por un lado, está monitoreando permanentemente los movimientos bancarios de las principales autoridades políticas y empresariales. Y la otra manera, a través de las denuncias que pudieran realizar los bancos o instituciones financieras, cuando detectan una operación sospechosa. Y también la Fiscalía podría requerir información, como ya lo ha hecho el Servicio de Impuestos Internos y el Ministerio de Justicia.

Lo que podría haber es una especie de lavado de activos, aunque no hubiera culpabilidad. Son “platas sucias que después se limpian”. Lo que hay que determinar es que si efectivamente dichos montos son parte de un contrato de un pago absolutamente legítimo o son las platas que se pagaron para obtener ese contrato a razón de una coima.

La situación en Chile y en el resto de los países de la Conmebol, podría ser bien grave si se comprueba que no existe justificación para estos pagos.