Al menos ocho parlamentarios se saltaron obligaciones de la Ley de Lobby

Cinco senadores y seis diputados no tenían registro de reuniones con grupos de interés en un año de vigencia de la ley.  “La Segunda” revisó sus casos y, si bien constató ciertos “problemas informáticos”, también detectó que ocho de esos legisladores sí sostuvieron encuentros, que tal vez debieron haberse registrado.

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Hasta el lunes 23 de noviembre, once parlamentarios figuraban sin ninguna audiencia registrada, según las exigencias de la Ley de Lobby, que obliga a transparentar encuentros con grupos o personas que pretendan influir en decisiones políticas.

Los Senadores Juan  Pablo Letelier (PS),  Jaime Orpis (UDI), Adriana Muñoz (PPD), Fulvio Rossi (PS) y Jaime Quintana (PPD) y los diputados Hugo Gutiérrez (PC), Aldo Cornejo (DC), Fernando Meza (PRSD), Luis Lemus (PS), Claudio Arriagada (DC) y Sergio Aguiló (IC), integraban esa nómina.  Esto significaba que, en casi un año de vigencia de la Ley de Lobby, que rige desde el 28 de noviembre de 2014, esos once congresistas no sostuvieron ninguna reunión o conversación que declarar, lo que – a ojos de organismos de transparencia y de otros parlamentarios – sería inusual.  Esta norma obliga a registrar en las páginas web del Senado y la Cámara los encuentros con organismos gremiales, sindicales, ONGs, empresas o lobistas (intermediarios remunerados), salvo algunas excepciones legales.

Con ese antecedente, “La Segunda” hizo una revisión de actividades de esos parlamentarios y trató de contactarlos para precisar si habían tenido alguna dificultad o bien tenían una interpretación jurídica especial que los motivaba a mantener en blanco su registro de audiencias.

Así se detectó que al menos ocho, de esos once legisladores (ver fotos), habían tenido reuniones que podrían calificarse como de “gestión de intereses” o “lobby”, según la ley.  Esos encuentros, a pesar de no estar declarados, tenían registros fotográficos en sitios web particulares de los parlamentarios, en portales de organizaciones o en Twitter.  Es más, algunas fotos iban acompañadas con un texto en que se detallaba haber tratado ciertas modificaciones legarles, lo que ratificaría que eran situaciones que la Ley de Lobby exigía transparentar.  Pero, ante el requerimiento de “La Segunda”, la respuesta de los parlamentarios o de sus respectivas oficinas fue variada.

 

Faltó un Clic

En las oficinas de cuatro parlamentarios –los senadores Quintana, Rossi y Muñoz y el diputado Gutiérrez—se percataron de que a una secretaria o secretario se le había olvidado hacer un “click” adicional para publicar la información.

Tras ser alertados por “La Segunda” inmediatamente fueron subidas audiencias concedidas en los últimos meses, que aparentemente estaban en el limbo informático.  Ese problema dejó en evidencia una falta de capacitación y supervisión en el Senado y en la Cámara.  “A veces las personas que ingresan los datos no están suficientemente capacitadas”, sostiene Vivianne Blanlot, presidenta del Consejo para la Transparencia, órgano que almacena la información sobre el lobby.  “Falta capacitación”, agrega María Jaraquemada, abogada de Espacio Público, quien trabajó en el diseño de la Ley de Lobby.

Aún así, en los casos de la senadora Muñoz y el diputado Gutiérrez hay antecedentes fotográficos de otras citas que no harían sido declaradas.

 

Publican fotos, pero no registran

“La Segunda” también intentó contactar a las oficinas de los diputados Meza, Lemus, Arriagada y los senadores Orpis y Letelier, que tampoco declaran audiencias en un año, a pesar de que casi todos han tenido encuentros que se ajustarían a las exigencias de la Ley de Lobby.  Pero desde las oficinas de estos parlamentarios no hubo respuesta formal.

Lo curioso es que Orpis y Letelier sí informan estas actividades en sus páginas web particulares, pero no en el sitio que dispone la legislación.

Un cercano a Letelier sostiene que el senador considera que no debe declarar conversaciones con organismos sindicales, ya que—a su juicio – sería mezclar, por ejemplo, la gestión que realiza la presidenta de la CUT, Bárbara Figueroa, con la acción de lobistas.

En el caso de Aguiló, Meza y Arriagada, organismos sindicales y gremiales publicaron reuniones, donde plantearon demandas a esos legisladores.

¿Por qué no se registran entonces? “Hay ciertas interpretaciones erradas de cuándo se aplica la ley o no”, cree María Jaraquemada.

“En algunos funcionarios a veces no hay una comprensión delo que tienen que registrar y consideran que muchas reuniones no se deben  registrar”, sostiene Vivianne Blanlot, quien agrega que el Consejo para la Transparencia está evaluando remitir a cada institución del Estado sus estadísticas para detectar vacíos.

 

El único mea culpa

Sólo uno de los parlamentarios que no registró audiencias en un año, el ex presidente de la Cámara Aldo Cornejo asumió el tema como una falta personal.  Cornejo había sostenido encuentros informales (que también deben declararse) con dirigentes de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes (Ansog) en mayo y en agosto.  Según ratificó la Contraloría, en un dictamen del pasado 5 de noviembre, estas audiencias con asociaciones de funcionarios públicos deben ser registradas.  Cornejo, además, dijo que –por razones que aún no tiene claras—tampoco figura en el registro un encuentro con Rodrigo Pérez Mackenna, presidente de la asociación de AFP, pese a haberla informado.  “Respecto de los gendarmes, hay un error de mi parte.  Respecto de la reunión con la AFP, no tengo idea de por qué no se registró”, dijo Cornejo a “La Segunda”.

Este ejercicio efectuado por este medio se suma uno similar, realizado entre junio y julio, que demostró que la mayoría de los parlamentarios no informa los encuentros con lobistas o grupos de interés que se realizan en los pasillos del  Congreso.  Entonces, catorce legisladores, sorprendidos en conversaciones informales, no declararon esos encuentros.

 

Salvo excepciones

Bajo promedio de audiencias declaradas

La cantidad de reuniones que declaran en promedio por los parlamentarios sigue siendo baja.  Los diputados informan 0,8 reuniones por mes; mientras que los senadores, 1,7 citas por mes.

Sin embargo hay excepciones de legisladores que han puesto mayor compromiso en transparentar sus audiencia como los diputados Vlado Mirosevic, Clemira Pacheco y Luis Rocafull y los senadores Manuel José Ossandón, Antonio Horvath, Carolina Goic y Patricio Walker.