No a la corrupción y no a los corruptos: gaviota de oro

Se terminó el Festival de Viña y se nos viene abruptamente marzo. Fin de vacaciones, vuelta a los trabajos y estudios, adiós relajo y a prepararse para recibir nuevas tensiones en nuestras vidas. Sin embargo inicio optimista mi actividad. En primer lugar porque vinieron muy buenos artistas al Festival y me da la sensación de que este espectáculo que casi vi nacer, se consolida en prestigio y calidad. También me da la sensación que lo que dicen los artistas extranjeros sobre Chile, es sincero, no lo hacen para congraciarse con “el monstruo”. De veras pienso que así lo sienten.

Dicho lo anterior, no debo dejar pasar dos frases que me impactaron de parte de dos grandes artistas que vinieron a actuar a este evento. El primero, el vocalista de Maná, grupo mexicano conocido internacionalmente. Sú líder vocalista, Fher, entre canción y canción expresó que “Chile estaba entre los países menos corruptos del mundo” (El Mercurio 26 de febrero 2013). No dijo que no había corrupción, pero su percepción, basada en lo que sabe de Chile, es que estamos mucho mejor que otros Estados, y desde luego que México, el país del cual proviene.

Los chilenos somos muy autocríticos y autoexigentes y está bien que así sea. Solemos agrandar nuestros problemas, cuando a ojos de afuerinos son insignificantes comparados con los que ellos tienen que afrontar. Así, debemos estar contentos de tener poca corrupción (nótese que nuestra alegría debe ser por esa razón y no porque otros nos la reconozcan). Debemos estar contentos por tener que lidiar contra un flagelo que en Chile está controlado y, en cierta forma, condenado. Pero eso no implica que podamos quedarnos dormidos. Y si bien Maná nos felicita, sería bueno también recibir esas mismas felicitaciones de parte de algún grupo proveniente de Dinamarca, Finlandia o Nueva Zelandia, países que ocupan los primeros lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparency International. Tal vez para el próximo año las autoridades organizadoras del Festival, pudieran traer a algún grupo o solista oriundos de esos países.

Pero por otra parte, Miguel Bosé, el tantas veces asistente a la Quinta Vergara, muy querido por los chilenos, en ocasiones muy participativo también en las campañas políticas chilenas, esta vez nos anuncia que “No vuelvo a acercarme a un político en el resto de mi vida. Mi desencanto hacia la clase política es tan grande, tan definitivo y tan irreversible, que sólo podría acercarme a uno con la condición de que fuese de raza nueva», asegura. «Estos políticos que ya conocemos, en su gran mayoría, están obsoletos, deteriorados, corruptos e incompetentes. Es algo mundial. El sistema no funciona, no tienen soluciones, las promesas son mentiras. Han creado un sistema que es un desastre, un engaño», concluyó.

Graves acusaciones para la clase política. Obsoletos, deteriorados, corruptos e incompetentes, son los adjetivos que utiliza. Y es una crítica a los políticos en general, es transversal, comenzando por los políticos que el mismo apoyó en el pasado (su respuesta espontánea se produjo cuando le preguntan si volvería a apoyar a Ricardo Lagos o Michelle Bachelet).

Puede un sistema político sobrevivir cuando comienza a generalizarse este tipo de opiniones hacia sus dirigentes? Pareciera que no. Y me atrevo en afirmar que en la medida que nuestros dirigentes políticos sean realmente “obsoletos, deteriorados, corruptos e incompetentes”, se inicia la captura del Estado en manos de los corruptos. Comienzan los desincentivo para que los mejores lleguen al Gobierno. Y cuando la corrupción de apodera del Estado, los ciudadanos, especialmente los más marginados, son los más expuestos al poder arbitrario. No hay policía que los proteja, no hay jueces que le hagan justicia, no hay autoridades que defiendan sus derechos. No hay bien común sino que “el bien de unos pocos”.

Miguel Bosé nos hace una advertencia muy seria sobre los peligros que están latentes en nuestra sociedad y aunque Maná nos felicita a los chilenos, no debemos dejar que lo que nos dice el cantante español, sean palabras que se las lleve el viento, que no tengan el eco necesario y que no las analicemos detenidamente.
Con lo dicho por Maná, quedo contento porque los chilenos hemos logrado prevenir relativamente bien a la corrupción. Pero con lo dicho por Bosé, quedo preocupado de no tener la suficiente fuerza para neutralizar a los corruptos que, como una tendencia que pareciera ser mundial, avanzan lenta pero consistentemente en gran parte de nuestros países. Espero que Chile siga siendo una excepción.