Vicepresidente de TI Brasil: «Hasta ahora Temer no ha hecho nada respecto al combate a la corrupción»

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Director ejecutivo del capítulo brasileño de Transparencia Internacional por casi 15 años (2001-2015), Claudio Weber Abramo es una de las principales referencias en temas de corrupción e integridad de las instituciones públicas en Brasil. En su calidad de periodista, además es autor de artículos en publicaciones especializadas sobre este flagelo y su combate. Actual vicepresidente de la ONG, Abramo analiza en esta entrevista con La Tercera la crisis política que enfrenta su país y las perspectivas de la suspendida Presidenta Dilma Rousseff y su sucesor temporal en Planalto, Michel Temer.

¿El fiscal general Rodrigo Janot solicitó esta semana el arresto de importantes figuras del PMDB,  acusados de realizar supuestas maniobras para frenar las investigaciones de Lava Jato. A su juicio, ¿cuánto afecta esto la legitimidad del gobierno interino de Michel Temer?

El gobierno de Temer tiene legitimidad formal independientemente de los problemas que afecten a sus aliados. Dicho esto, hay que observar que el impeachment de Dilma Rousseff ocurre solamente por ineptitud administrativa, reflejada en el estado de la economía. Si no hubiera tal ineptitud y si la economía no estuviese mal, es imposible imaginar que Dilma sufriera el proceso de impeachment. Por otro lado, figuras como Sarney, Calheiros, Jucá, el mismo Temer y todos los demás partidarios de este último, hasta un pasado muy reciente eran aliados de Dilma, y eran también los primeros comensales de la corrupción en todas las áreas del gobierno federal. De modo que la legitimidad política, que no es lo mismo que la legitimidad jurídica, el gobierno Temer la tiene en condición de extrema precariedad.

¿Le preocupa la judicialización que hoy vive la política en Brasil? 

No preocupa particularmente. Es mejor tal judicialización que el vacío programático. Es un reflejo de la completa desmoralización de los partidos políticos y del ejercicio de la política.

¿Cree que esta solicitud de la Fiscalía refuerza las sospechas del PT y otros sectores de que el impeachment contra Rousseff fue un “golpe político” que tenía como objetivo final bloquear las investigaciones de Lava Jato que involucran a figuras del PMDB?

No lo creo. A pesar de que tales figuras desearan que las investigaciones no los alcancen, no parece que eso vaya a suceder, no importa cuáles sean tales expectativas.

The New York Times publicó el lunes un editorial en el que cuestiona la firmeza de Temer con el combate a la corrupción. ¿Considera que Temer ha hecho lo suficiente en este ámbito?

Hasta ahora Temer no ha hecho nada en tal dirección, excepto tal vez por permitir a Pedro Parente a (nuevo presidente ejecutivo de la petrolera estatal) que impida el uso político de las posiciones en Petrobras.

Según la prensa brasileña, algunos senadores que el 11 de mayo se pronunciaron a favor del impeachment contra Rousseff ahora consideran cambiar de postura en la votación final prevista para agosto. ¿Cómo interpreta este fenómeno? ¿En caso de que Dilma retornara a Planalto cuán debilitado quedará su gobierno?

Lo interpreto como una forma de presionar al gobierno de Temer para conquistar favores. Creo que es imposible que Dilma retorne. Aunque, por otra parte, podría retornar si Temer fuera arrestado, algo en lo que no creo.

El diario Folha de Sao Paulo sostiene que la propuesta de Rousseff de convocar a elecciones anticipadas antes de fin de año podría garantizarle cuatro votos adicionales en el Senado para revertir su destitución. ¿Cuán factible considera la implementación de estos comicios? ¿Qué apoyo tiene esta opción entre los partidos políticos?

No lo creo. No hay posibilidad constitucional. También creo que, aunque que alguna magia político-jurídica fuera engendrada, tal anticipación afectaría directamente a los parlamentarios. Creo que sería imposible convocar elecciones presidenciales sin cambiar a los diputados, etc. Y éstos nunca estarían de acuerdo. Por lo tanto, no sucederá.

La ex candidata presidencial Marina Silva dijo que Brasil “está en un pozo sin fondo”. ¿Cómo califica usted la situación que enfrenta hoy el país?

Gravísima. No parece haber opciones razonables. Hay riesgo de avance de la extrema derecha, la cual en Brasil se presenta como “liberal”. Los “liberales” brasileños son un horror reaccionario. Uno de los problemas es que son la única fuerza más o menos homogénea. Sería muy fácil para el PMDB (como principal partido) adoptar alguna especie de “thatcherismo a la brasileña”. Imagínese lo que eso sería.